lunes, 14 de mayo de 2018


Taller de comunicación institucional comunitaria
Institución elegida: “Taller protegido Pedro Etcheverria”
Introducción/descripción general del taller: previamente al entrar al taller nos encontramos a nuestra derecha con una rampa de discapacitados, mientras que a la derecha hay pequeña escalera de cemento, entre medio de estas dos estructuras se allá una puerta antigua de estilo español, color blanco, algo maltrecha y con algunas roturas. Al pasar por esta nos encontramos ante un largo zaguán, pisos de mármol bastante viejos, aunque en buen estado y paredes pintadas recientemente de un color blanco brillante. Si continuamos caminando literalmente chocaremos con una pared que a diferencia del todas, resalta porque aún sigue pintada de un color amarillo en la parte superior y verde en la inferior ( estos fueron los primeros colores con que se pintó el taller en 2011 con la donación de algunos materiales), en cuanto giramos a nuestra derecha, podremos ver un largo pasillo, la parte superior de este está pintada del mismo color blanco que el zaguán, pero lo resaltable es que en la parte inferior hay una especie de decoración, que a simple vista parece una especie de madera texturada, pero al dar un vistazo más de cerca, se ve que en realidad estos son pequeños corchos de botellas, colocados de uno en una en forma vertical y horizontal.
En la parte central derecha del pasillo encontraremos una sala bastante grande, con una larga mesa de madera en su interior que tiene doce cillas, en frente de esta hay un pequeño escritorio con un tele encima de 22 pulgadas, las paredes de este lugar siguen el mismo patrón decorativo del pasillo, pero algo a resaltar de estas, es que en ellas hay colgados tres objetos bastantes significativos para el taller, los primeros dos son cuadros, uno de ellos fue hecho y donado por dos jóvenes estudiantes de la ISFA que visitaron el taller hace un par de años atrás, el segundo fue echo en 2008, usando lienzo un  cartón  y en vez de pinturas se usaron tapitas de diferentes colores, para formar una figura en forma de rombo, el tercero y último es un afiche donado en una visita realizada por la escuela agraria, en este se muestra como se reusar materiales orgánicos, como por ejemplo para realizar fertilizantes, entre otras cosas.
Nuevamente volviendo a la escena del pasillo, si seguimos caminando hasta el fondo del mismo nos encontraremos con un lugar que es bastante grande, aunque a la vez pequeño debido a la gran cantidad de fardos de cartón y plástico que ocupan casi todo el espacio, este lugar es el galpón que fue creado en 2016, una característica a resaltar es que este se divide  en dos partes en la primera que se ve al entrar están las paredes pintadas de amarillo, aquí principalmente se encuentran todo lo que son plástico, en la segunda parte de este donde las paredes aún no están revocadas, se podrán encontrar en su mayoría cartones y alguno que otro bolsón con botellas de vidrio.
Por ultimo queda el patio, a este se puede acceder por una abertura que hay a la izquierda del pasillo (la parte izquierda del pasillo está cerrada con unas lonas y nailon plásticos), no hay mucho a resaltar sobre este, no es un lugar muy amplio, pero se usa para guardar bolsones con botellas plásticas, que esperan a ser convertidas en fardos.
Al nombrar al taller protegido, no solo nos referimos al pilar más alto de la comunidad en cuanto a reciclaje se refiere, sino que también hablamos sobre una organización normativa donde personas de entre 18 a 50 años, con certificado de discapacidad e interés por el reciclaje y mantenimiento de la limpieza en la ciudad pueden inscribirse libremente y ganar un sueldo por su trabajo.
La sede del taller protegido se allá ubicada en soler 11, fue donada en 2008 por un partido político, el cual había sido encabezado por un hombre llamado Pedro Etchverria, desde entonces el lugar quedo a cargo de la comisión del taller conformada por:
·         Mariana muria
·         Hugo Iriarte (CONTADOR)
·          Lili Moline
·          Grisalde Laura
·          secilia redin
 El lugar en su momento según palabras de la entrevistada (Pia Ochoteco) estaba casi a demoler por lo cual se tuvo que realizar varios cambios con ayuda de los miembros del taller y las donaciones de la comunidad, para realizar cambios tales como el revocado de las paredes, el mejoramiento de los baños, la construcción del actual galpón donde se guardan los fardos de plásticos y cartones o la donación por parte de “Villa del sur” de las lonas ignifugas para la prevención de incendio debido al calentamiento de las botellas plásticas. En la actualidad (2016/2017/2018) el taller vive su época de esplendor, debido al incremento del trabajo de reciclaje y la predisposición de la gente al llevar plásticos, cartones y vidrios hasta la sede, además las actuales visitas de jardines y escuelas al han logrado promover e informar tanto de la existencia del mismo lugar como de la importancia del reciclado en estos últimos años.
La constante evolución y adaptación del taller a las necesidades modernas nunca dio lugar a ninguna crisis, para verificar esto solo debemos remontarnos en el tiempo a 2008-2009, durante esta época solo se reciclaba botellas plásticas y para hacer los fardos (el aplanamiento de las botellas hasta convertirlas en un cubo) se utilizaba una especie de cajón metálico que estaba dividido en pequeñas celdas, en ellas se tenía que colocar una botella sin tapa o líquido y luego hacer presión sobre el aparato hasta formar el fardo, en 2010 se compra la primera prensa para hacer los fardos, lo que facilita y ahorra tiempo de trabajo, durante el periodo 2011-2012 se donan dos nuevas prensas y materiales de construcciones con los cuales se cierra parte del patio y se lo convierte en una galería, además se remodelan los baños y cañerías, a partir de 2013 dentro del mismo taller se dan unas pequeñas clases de carpintería que al no tener mucho éxito entre los miembros son removidas a fines de ese mismo año, entre 2014 y 2015 se comienza a notar que al llover las calles se inundan porque las bocas de tormenta son obstruidas por basura, gran parte de esta son cartones, razón por la que se incluyeron al cartón dentro del “menú” de reciclaje, también durante este mismo periodo de tiempo y haciendo uso del dinero recaudado se construye un nuevo canasto subdividido en ocho partes, para que la gente pueda dejar sus botellas de plástico, en 2016 con la creación de un galpón en la parte posterior del taller para guardar los fardos de plástico y cartón, se obtiene más espacio en la parte delantera, gracias a esto y con ayuda de la municipalidad que presto (y aun lo hace)  el “camión pluma” y un deposito, se empieza a reciclar vidrio.
En la actualidad el Taller protegido Pedro Etcheverria cuenta con 10 miembros activos que se encargan de las actividades manuales y siete que se encargan de las acciones de supervisión y administración, a pesar de que el objetivo de esta organización parece ser únicamente el reciclaje, tiene uno mucho más profundo que es la integración de los miembros tanto entre ellos mismos, como con los supervisores y la sociedad a la que ayudan en el día a día.
Como necesidad principal planteada por el taller o al menos desde el punto de vista de la entrevistada, sería bueno poder un nuevo canasto para que la gente no tenga que tener que dejar las botellas y cartones en el suelo, ya que esto le dan una mala estética a la entrada del taller. Cuando se le pregunto por alguna necesidad más “ambiciosa” se nos dijo que sería mucho mejor poder tener toda una nueva fila de canastos (las filas están compuesta por 8 canastos de tamaño medio), además también agrego que le gustaría poder ver la parte trasera del galpón revocada, pintada y con un piso, ya que el piso que tiene es de material, lo que atrae mucha humedad debido a las aberturas que hay en el pasillo. A partir de esto último que nos dijo, se le pregunto a la entrevistada si desearía poder poner una pared en el lado izquierdo del pasillo para que esto no pace, a lo que la entrevistada nos respondió “No”, y luego nos explicó que si hieran eso sería mucho laboriosa para los chicos del taller tener que transportar las bolsas desde el patios, consiguiente a través del galpón y finalmente a la vereda, pero si nos dijo que sería bastante útil tener ventanales para poder abrir y cerrar esta zona a gusto y así sacar los bolsones con plásticos. Para finalizar esta parte de la entrevista se nos dijo que algo que bastante necesario, seria el tener mas espacio, ya sea poder expandir el taller teniendo aluna primera, segunda o tercera planta, o bien pudiendo crear nuevas sedes del taller en otros lugares de la ciudad. 
Finalmente, como objetivo a futuro (también nos dijo que esto era como un sueño o esperanza para ella) la entrevistada nos dijo que simplemente le gustaría que el taller siga funcionando para así ayudar a los jóvenes que asisten y a la misma comunidad. Nuevamente se le rehízo la pregunta, pero incitándola que muestre objetivos más ambiciosos, ante esto nos respondió que tomando en cuenta la época tan tecnológica en la que vivimos, sería útil poder realizar un proyecto a futuro para poder reciclar a lo que actualmente llamamos “Basura tecnológica”, y si esto no llegara ser posible, al menos como idea secundaria les gustaría poder reciclar metales, material que sigue pendiente en su lista debido al peso que tiene para moverlo de un lugar a otro del taller y al mismo tiempo la falta de un transporte para moverlo de un lado al otro y de espacio en el taller.
En cuanto a relación con la comunidad respecta, el taller protegido tiene una de las mejores, desde que comenzó en 2008 las personas de diferentes barrios de la ciudad han tenido la buena voluntad de acercarse al taller a dejar sus botellas plásticas y cartones, con el tiempo y gracias a las “políticas” del taller de siempre tener abiertas las puertas a la comunidad, las personas se han ido informando sobre las tareas que se realizan en el taller y porque se realizan, esta buena disposición por parte de los supervisores del taller y los m ismos jóvenes que trabajan en él, ha dado lugar a que muchas escuelas y jardines hallan ido a visitar el taller protegido y se pudiesen enterarse sobre las tareas de reciclaje que se realizan allí y como estas benefician a nuestra ciudad. Originalmente y como el taller no tenía ninguna red social, la comunicación se hacía boba a boca y no muchos se terminaban de enterar realmente que se hacia allí, no fue hasta casi fines de 2009 casi 2010 cuando el taller creo su página de Facebook y además algunos medios locales entre ellos el canal local de noticias y la emisora de radio 97.3, se acercaron y lograron mostrarle a la comunidad que se hacía en el taller, ya algunas cuantas personas solían llevar botellas, solo por el simple hecho de que habían escuchado que allí las aceptaban, un problema de la comunicación verbal en aquella época fue que varias personas desinformadas, entre los plásticos solían dejar bolsas con basura común.
Trabajo realizado por:

Maximiliano Alexis lequio
Romina Barraco
Brenda Echeto

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