Por Paula Musicco
Es lamentable tener que vivir en una sociedad en donde la cultura de la violación este presente, por eso debemos reconocerlo y tratarlo como el problema que es.
¿Qué es la cultura de la violación? Este término se refiere a una cultura en donde las ideas dominantes de la misma (ya sean imágenes en los medios, prácticas sociales, instituciones, etc) apoyen y consientan el abuso sexual a través de la normalización de esas acciones, culpando o cuestionando a las víctimas por su propio abuso.
Nos acostumbramos a presenciar ciertas situaciones, tomamos los "piropos" como algo cotidiano y de poca importancia, pero nos olvidamos de que la persona que los realiza cree tener un sentido de propiedad sobre nuestro cuerpo. Son muchos los casos en los que estos piropos terminan en amenazas, persecuciones, acoso e incluso extrema violencia. Cuando esto pasa, comenzamos a hacer preguntas sobre la víctima ¿Con quién estaba? ¿Qué ropa tenía puesta? ¿Había consumido bebidas alcohólicas? de esta forma cuestionamos a la víctima antes que al agresor.
Según Valerie Von Tungeln, redactora de Cultura Feminista, -el 80% de los asaltos sexuales ocurren antes de los 30 años de edad y el 98% de los abusadoras no llegan a pasar ni un día entero en la cárcel. No nos olvidemos de las víctimas masculinas, que son humilladas y vistas como 'debiles'. La comunidad LGBTQA+ es blanco de asalto sexual y sus miembros son altamente cosificados. El 60% de las personas transexuales sufren de abuso sexual o violencia e incluso 1 de cada 8 mujeres lesbianas y la mitad de mujeres bisexuales sufren este tipo de violencia en sus vidas-.
La educación es de suma importancia para que las personas puedan entender que el consentimiento es un factor importante a la hora de relacionarse. Debemos respetar el cuerpo y las decisiones de los demás. No podemos olvidar que las víctimas son las afectadas ya que no solo deben cargar con esa experiencia traumática, sino que viven con la idea de que hicieron algo mal y no encuentran el apoyo ni la protección que necesitan para contarlo.
Ahora que sabemos de que se trata, ¿Estaremos en condiciones de erradicarla?
Imágenes de Pinterest.com
Nos acostumbramos a presenciar ciertas situaciones, tomamos los "piropos" como algo cotidiano y de poca importancia, pero nos olvidamos de que la persona que los realiza cree tener un sentido de propiedad sobre nuestro cuerpo. Son muchos los casos en los que estos piropos terminan en amenazas, persecuciones, acoso e incluso extrema violencia. Cuando esto pasa, comenzamos a hacer preguntas sobre la víctima ¿Con quién estaba? ¿Qué ropa tenía puesta? ¿Había consumido bebidas alcohólicas? de esta forma cuestionamos a la víctima antes que al agresor.
Según Valerie Von Tungeln, redactora de Cultura Feminista, -el 80% de los asaltos sexuales ocurren antes de los 30 años de edad y el 98% de los abusadoras no llegan a pasar ni un día entero en la cárcel. No nos olvidemos de las víctimas masculinas, que son humilladas y vistas como 'debiles'. La comunidad LGBTQA+ es blanco de asalto sexual y sus miembros son altamente cosificados. El 60% de las personas transexuales sufren de abuso sexual o violencia e incluso 1 de cada 8 mujeres lesbianas y la mitad de mujeres bisexuales sufren este tipo de violencia en sus vidas-.
La educación es de suma importancia para que las personas puedan entender que el consentimiento es un factor importante a la hora de relacionarse. Debemos respetar el cuerpo y las decisiones de los demás. No podemos olvidar que las víctimas son las afectadas ya que no solo deben cargar con esa experiencia traumática, sino que viven con la idea de que hicieron algo mal y no encuentran el apoyo ni la protección que necesitan para contarlo.
Ahora que sabemos de que se trata, ¿Estaremos en condiciones de erradicarla?
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