jueves, 17 de noviembre de 2022

Entrevista. Camila Vela

No lo hagas, hay otras opciones

Elegí la prostitución infantil y trata de menores como tema ya que no siento que se le dé la suficiente visibilidad. Rondan esos estigmas de que el trabajo sexual genera placer a quien lo ejerce, que todo es por gusto y propia voluntad, pero esto es una completa mentira. Mucho se sufre desde ese lugar y hoy decido abordarlo, para mostrar verdades y la perspectiva de las víctimas.

La entrevistada será presentada con el seudónimo de “Nali”, con el fin de mantener su identidad protegida, además se tomó la decisión de no profundizar en muchas de sus respuestas ya que se notaba el dolor que aquello, aún a día de hoy, le causa.

Habiendo tenido una infancia bastante alegre, aunque careciera de juguetes, en su adolescencia todo ese rosa se desvaneció. Nali describe este período de su vida como duro y terrible, ya que sufría de violencia intrafamiliar y a los 12 años comenzó a pasar mucho más tiempo en la calle que en su casa, volviendo sólo para dormir e incluso en ocasiones ni siquiera eso. En casa la familia numerosa y pobre, con mamá ama de casa y papá albañil.

Su sueño era ser policía, pero todas las realidades de su complicada vida no se lo permitieron, siendo que abandonó sus estudios a los 16 años de edad, dando pie a uno de los momentos más oscuros para ella, que, en tono muy afligido, recuerda y nos comparte un poco de lo que aquello fue.

¿Cómo llegaste a tomar el trabajo sexual como una opción?

Nali: Estaba en la calle y en mí cabeza no había otra opción que esa, por no joder a mí familia, por no volver a mí hogar, y porque ya tenía un hijo.

¿Cómo fue que te introdujiste en ese mundo?

Nali: Por una mujer mayor que ya hace mucho tiempo lo hacía.

¿Qué edad tenías cuando empezaste?

Nali: Empecé a los 17 años.

¿Estabas informada al respecto cuando empezaste?

Nali: No, yo no sabía nada.

Entonces, no era como un pasatiempo, sino más bien tomado realmente como un trabajo…

Nali: Al principio era por necesidad, vivía de eso.

¿Tenías muchos clientes?

Nali: Sí, me iba bien.

¿Eran mayores, menores de edad…?

Nali: Mayores, generalmente las personas que frecuentan esos lugares lo son.

Osea que trabajabas con otras personas, es decir ¿no era un “negocio” independiente?

Nali: Era un lugar cerrado, un cabaret. Teníamos a alguien que nos manejaba y nos sacaba un porcentaje.

¿Cuál era el modo de trabajo/gestión?

Nali: En el cabaret hacíamos pases, que es donde teníamos relaciones sexuales, y sino ganabas también compartiendo copas.

¿Lo consideraste un buen ingreso en ese momento?

Nali: Al principio sí, pero terminé por derrocharlo, no lo supe aprovechar.

¿Te pasó que no pagaran por el servicio?

Nali: No, porque teníamos alguien que siempre les cobraba.

¿Has tenido malas experiencias, alguna situación de la que no querías ser partícipe?

Nali: Un montón.

¿Empezaste a ir con más miedo/inseguridad después de eso?

Nali: Yo tuve que hacerme más fuerte, tomar mis propias precauciones.

¿Por qué motivo decidiste dejarlo?

Nali: Ya no me gustaba, me enamoré de una persona que ya tenía hijos y no quería seguir esa vida. Me arruiné muchos años.

¿Sentís que fuiste una víctima?

Nali: En parte… en parte yo lo elegí, tenía otras opciones que ahora veo, pero en ese momento no supe ver. Después sí, que supieron aprovechar a esa gente los dueños del lugar, los que trabajaban ahí, todo.

¿Qué aprendizaje de vida te dejó?

Nali: Es re feo, tenés que elegir estudiar, ser alguien, y no eso. Aunque hay mujeres que les fue bien, a mí no, tuve experiencias muy malas y me dejaron feos recuerdos.

¿Tenés algún consejo que quieras darle a jóvenes que estén pasando por algo parecido?

Nali: Salgan de ahí, hay otras opciones, otras formas de vida. Se arruinan.

Tanto hombres como mujeres creen que por pagar pueden hacerte lo que quieren, tu cuerpo deja de ser el mismo, tu mentalidad es otra, ya no querés estar con nadie ni le crees a nadie. Te cambia completamente; vivís de noche, dormís de día, es todo al revés.

Al finalizar con el cuestionario pregunto una cosa más: ¿hay algo más que desees contar? a lo que Nali responde que no, aquello le dejó muchísimos traumas.

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