Entrevista. Jazmín
Irigoyen
Violencia obstétrica
Maricel López sufrió
violencia obstétrica cuando era joven y eso la llevó a estudiar para poder
acompañar a las mujeres embarazadas.
La elegí porque
me parece interesante e importante y creo que no está muy visibilizada la
violencia obstétrica, y también para poder dar a conocer esta historia y
empatizar con las madres que sufrieron o pasaron por algo similar.
Para empezar
¿qué es la violencia obstétrica?
Son
intervenciones médicas innecesarias, a veces puede ser maltrato verbal,
maltrato físico. Voy a dar dos ejemplos uno bastante claro y otro más
naturalizado, el primero; si la mujer se está quejando de que está dolorida que
le están molestando las contracciones, y que la partera o la enfermera le diga “que
se la banque, para que abrió las piernas, ahora te la tenés que bancar”. Bueno, eso es violencia obstétrica, porque no
se está respetando el dolor, el malestar de la mujer, y no se la acompaña
emocionalmente.
y el otro: es
que el médico te diga, “…bueno venite el 16 que te hago la cesárea, después
me voy de vacaciones… y bueno, viste que te atendí todo el embarazo…, si no te
puede atender otro, …pero bueno… venite que te hago la cesárea”. Manejan la
agenda para poder facturar y, en vez de trabajar con un paciente, es como un
cliente, entonces eso es violencia obstétrica.
¿Cómo fue
sufrir violencia obstétrica?
Fui mamá muy
chica, a los 15 años quedé embarazada de mi primera hija Camila y bueno, no sabía
nada de lo que me esperaba ni de lo que tenía que hacer, ni qué derechos. Todo
el embarazo fue sentirse maltratada por todo el mundo, o haciéndome sentir
culpable por haberme quedado embarazada, entonces no estaba empoderada como
para decir o pedir, ni menos exigir algo, entonces ya estaba acostumbrada a que
me traten mal en el hospital, en mi casa, la gente que me veía en la calle a
todos les sorprendió que estaba embarazada.
Cuando tuve a Camila
yo rompí bolsa a las 9 de la mañana, y me llevaron a la guardia del hospital,
me ingresaron y estuve sola desde la 9 de la mañana hasta el otro día, serían
las 12 de la noche, porque ella nació el 1 de enero y esto fue el 31, estuve
sola, no me dejaron ni que entre mi mamá, ni mi esposo, y bueno, estuve sola
todo el tiempo. Por contracciones, me pusieron un goteo, yo no sabía lo que me
estaban haciendo, ni que me iba a pasar. Ya cuando tenía la dilatación
completa, me llevaron a la sala de parto, y empecé con contracciones más
fuertes, empecé a gritar, una enfermera se acercó y me dijo que me calle o me
pegaba una cachetada. Después, no solamente eso, Camila nació muy rápido, todo
muy bien. Justo se hicieron las 12, nació Camila, eran 00:05. La llevaron a la
incubadora, todos se fueron a brindar y me dejaron sola en la sala de parto. Me
tuve que bajar sola y fui a conocer a Camila.
Esta historia cuenta
lo que no hay que hacer con la mujer embarazada, con la mujer que va a tener.
Esta
información no la conocía, la conocí hace tres años cuando empecé a estudiar,
lo que era un parto; empecé a darme cuenta de la violencia que ejercieron hacia
mí y hacia mi hija Camila.
¿Cómo te
afectó el hecho de sufrir violencia obstétrica?
Me afectó
física y psicológicamente. Estaba anémica. Hizo que no tenga confianza en mí
misma, me sentía culpable por no haber logrado el nacimiento de mi hija como
corresponde, como yo hubiera querido y me sentí incapaz de poder desarrollarme
como madre. El momento que sería el más importante y feliz de mi vida fue
opacado por esta violencia.
¿Qué es
Método Naces?
Surge de la
unión de conocimientos de psicología, sexología, hipnosis terapéutica, técnicas
de programación neurolingüística y psiconeuroinmunología. Su fundadora Esther
Navarro López.
¿Cómo
encontraste ¨Método Naces¨?
Como sufrí
violencia obstétrica cuando tuve a mis hijos, quería estudiar algo relacionado
a la maternidad; obstetricia se me complicaba porque tengo 5 hijos, tenía que
cursar en otra ciudad y se no podía viajar todos los días. Entonces, buscando
encontré Método Naces en un congreso que participe y me inscribir. Durante
toda la pandemia estudié. Hice una certificación para acompañamiento emocional
para la mujer embarazada.
¿Por qué un
acompañamiento emocional?
La salud
emocional es tan importante como la salud física y todo se relaciona; si una
mujer está tranquila, relajada y empoderada su cuerpo reacciona de una manera
(libera endorfina); entonces como nosotros necesitamos que una mujer esté
tranquila para que pueda dar a luz de una forma natural, acompañamos de esta
manera, a través de meditaciones, de charla, haciendo que la embarazada vaya
sintiéndose en confianza, en armonía con su cuerpo, en sintonía con su bebé y
en complicidad con su pareja.
¿Por qué
crees que es importante visibilizar la violencia obstétrica?
Es importante
visibilizar y dejar de desnaturalizar la violencia obstétrica, primero porque
el embarazo y el nacimiento son acontecimientos importantísimos en el
nacimiento del niño y de la mamá. En el caso del bebé queda grabado en la
memoria celular como se sintió la madre, en la madre queda la sensación de cómo
la pasó y puede afectar en la relación que tenga la mamá con el bebé, en la
relación con la lactancia. Porque cuando la mujer no puede visibilizar que
sufrió violencia obstétrica, lo que ella ve es que no pudo lograr tener el
nacimiento que su hijo merecía, entonces desde la culpa, el malestar, la
preocupación no puede relacionarse con su bebé.
hay mujeres que
tienen problemas mentales en el post-parto por la mala atención de los
profesionales de la salud.
¿Por qué crees
que está invisibilizado esto?
Venimos siendo
atendidas por estos profesionales de la salud hace años, en donde a ellos solo
les importa su ego, creerse más importantes que el paciente, creerse más
protagonistas que el paciente, cuando el profesional de la salud solamente es
acompañante de lo que la mujer decida, esto no quiere decir que la mujer tenga
que parir sola y que no queremos que los médicos nos cuiden, esto quiere decir
que el médico tiene que acompañar y no intervenir en este proceso; la mujer
sabe parir y el bebé sabe nacer, es un proceso natural y todos los mamíferos lo
hacemos. De hecho, las mujeres somos las únicas que tenemos miedo para parir
cuando es algo natural.
¿Qué hacer
cuando sufrís violencia obstétrica?
Por suerte hay
una ley que se creó en el 2004 y en el 2015 se empezó a ejercer.
Se puede hacer
un reclamo administrativo ante la Comisión Nacional Coordinadora de Acciones
para la Elaboración de Sanciones de la Violencia de Género (CONSAVIG)
correo electrónico consavig@jus.gov.ar. El trámite es gratuito.
Además, podés
contactarte con el INADI o la Defensoría del Pueblo. Si sos de Chascomús, te podés
acercar a el colectivo de parto respetado y te van a ayudar a denunciar.
Hay que parar esta violencia que es tan
importante y que queda tan grabada en las mujeres. Desde el municipio nos dicen
que no hay violencia porque la gente no denuncia, nosotras hemos hecho censos,
hemos hecho entrevista y no hay mujer en Chascomús que no haya sufrido
violencia, que no haya sufrido maltrato o mala atención.