Ellos son nuestros y no lo sabemos.
En el año 2006 en base a la Ley 26.150 se creó el Programa Nacional de Educación Integral (ESI) la cual se presentó garantizando que desde nivel primario siguiendo el resto de los niveles, los alumnos reciban educación sexual integral, la cual hoy el Estado nos sigue debiendo.
Los encargados de brindar información sobre este tema, principalmente en las escuelas, no lo hacen aún habiendo materias para esto o se ve, y no se le da la importancia que realmente se le tiene que dar a este tema.
El programa ESI se presentó integrando todos los temas que son abarcados por la sexualidad, tanto como anticonceptivos para prevenir los embarazos, que es uno de los temas más comunes de escuchar, hasta el reconocimiento del cuerpo entre niños/as, cómo cuidar el cuerpo, la importancia de saber sobre infecciones de transmisión sexual, entre otros.
Pero, ¿Este programa está verdaderamente integrado en las instituciones de la comunidad? ¿Verdaderamente informan a los niños/as y adolescentes en este tema? ¿Cuántos jóvenes hay hoy en día sabiendo y contando cómo se puede prevenir un embarazo además de que sea con un preservativo? O peor aún ¿Verdaderamente saben usar un preservativo, unos anticonceptivos y/o hacer un uso responsable de éstos? Estás son algunas preguntas que verdaderamente nos tenemos que plantear hoy en día como sociedad.
Hoy hay muchísima gente ya adulta, que aún no sabe los riesgos y responsabilidades de un embarazo, lo que es conocer verdaderamente el cuerpo de su pareja y saber respetar sus decisiones y críticas. El ESI propuso “promover saberes y habilidades para la toma de decisiones responsables y críticas en relación con los derechos de los niños, niñas y/o adolescentes al cuidado del propio cuerpo” principalmente, aunque el día de hoy los adolescentes no tienen noción de lo que es el derecho a la salud con respecto de la educación sexual integral.
Más allá de que hoy estos temas dejaron de ser “tabú” y podemos hablar abiertamente sobre temas como la identidad de género, el aborto, la violencia de género, la violencia obstétrica, (entre otros).
El Estado nos abandona completamente en las instituciones, se dice que “la educación empieza por casa” pero desafortunadamente muchos padres no tuvieron la educación necesaria.
Más allá de que estos están poco informados, la educación sexual integral se debería promover en todos los aspectos, buscar alguien que nos pueda brindar información confiable y poder desde el hogar ser un espacio para que los adolescentes puedan informarse, generar dudas en ellos para que se investigue más este tema y para que lo promuevan también.
El Estado a principios de 2017 decidió eliminar seis jornadas específicas de la agenda educativa, en las cuales dos temas eran sobre ESI y la violencia de género, en consecuencia a los paros realizados el año pasado. Esto representa lo “importante” que es para el Estado la salud y la educación en las instituciones escolares.
La educación sexual integral es un derecho, el que se debe promover desde que ingresamos a la escuela, ya sea privada o pública, se debe promover en la calle y en el resto de las instituciones, no hay que esperar a que los niños y niñas se conviertan en adolescentes para que conozcan su cuerpo, para saber lo que es una relación sexual, hay que promover la educación sexual para que cuando llegue el momento podamos evitar consecuencias, hay que promover/provocar una comunicación totalmente abierta con los jóvenes sobre qué es la educación sexual en todos los aspectos y lo que se debe hacer en casos de violencia obstétrica, entre muchas otras caras de éste tema.
El Estado nos lo debe, nosotros también nos lo debemos, porque los cambios que generemos hoy, son para un futuro mejor, porque es un derecho que tenemos de salud y educación.
Lacampagne Gabriela.
Lacampagne Gabriela.
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